jueves, 26 de noviembre de 2009

Nos vamos haciendo viejos
y la feroz ternura
con que amarramos nuestras bocas al aquí mismo,
ahora mismo,
nos hace, además, cómplices de amor.

Nos vamos haciendo
a tantas idas y venidas,
al sabor de lo eternamente efímero
de la felicidad y de la ausencia.

Nos vamos
y me dices:
«Aunque te vayas (la próxima vez será la definitiva, lo presiento),
ya no te echaré de menos porque ahora sé que nunca te irás de mí»
y yo digo que así es.

«Nos»,
y este plural
estalla en la boca como una estrella.

6 comentarios:

  1. Hermoso escrito
    y más hermoso compartido.
    ¡Qué chuerte Berna!

    ResponderEliminar
  2. Bello. Y el último verso es fantástico.

    ResponderEliminar
  3. Nos quedamos,
    anclados en el mismo mar.

    (una joya)
    Ana Aurora

    ResponderEliminar
  4. El conformismo es como agua estancada.

    ResponderEliminar
  5. Realmente precioso, sra. Wang.

    Un saludo, de un lector anónimo.

    ResponderEliminar
  6. Los últimos tres versos justifican a este poema...

    ResponderEliminar